Rojo, verde, azul. Mezcla de colores primarios, ¿o no? Las líneas que voy a escribir no representan una coartada para lo que después sucederá.
El cielo se había ensuciado hacía unas horas, las nubes formaron una masa densa y espumosa, ocultando la luz proveniente de la luna. Mi tránsito por estas calles comenzaba a marearme, llevaba no sé cuánto dando vueltas en búsqueda de, de... ¡mi memoria! La había dejado tirada en la última sala a la que acudí, y apenas podía desviar mis pensamientos del abismo. La necesitaba. Oh, y la sala había desaparecido. ¿O era yo? No recordaba cómo había llegado hasta el punto en el que estaba ni de dónde salí. Sólo la transformación. Debía reconocer qué forma había adquirido para poder enfrentarme de nuevo a ellos y solicitarles un regreso temporal a la sala.
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