Te veo en las calles, en los parques, en los rincones más grises y sucios, en la ciudad, en los pasos de peatones, en los rincones más celestes y pulcros, en la vertiente del tiempo, en el silencio, en los recovecos de mi almohada, a un lado, o al otro. Te veo gesticulando, dándole vueltas a una palabra, dándole vueltas a una conversación, te veo hablando, te veo callando, en la distancia. Te veo días atrás, días cerca, mirada distante, o peligrosamente cercana. Me veo temblando, decrépita, angustiada, agotada, al otro lado. Me veo hoy aquí, y mañana no sé dónde, sólo en la otra punta del océano.
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