Me gusta el sol
y también los párpados
-lánguidos y ligeros-
bajo los cuales un tramo
de colores se oculta y... el pelo
viene a condensarse, arrebolado,
como recién mojado
sobre las mejillas y los párpados
que se mueven azarosamente
por el atisbo del día soleado
y que terminan por retorcerse
ante la niebla del presente.
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