- ¿Te sientes mejor?
- ¿Qué? De.. ¿de qué hablas?
- ¿No lo recuerdas? El último día...
- Ya, claro. Aun no lo sé. Dame más tiempo.
- Bien. Empecemos entonces...
- Sí.
- ¿Qué soñaste por última vez?
- Yo qué sé, antes de caer pensaba en un prisma y ondas.
- Ajá... Con que colores...
- No los vi ni en ese sueño ni en ningún otro.
- ¿Alguno en especial?
- No, bueno... si las luces cuentan.. ese.
- ¿Blanco? ¿Amarillo? Hay muchos.
- Esos... esos... me invaden por completo... ciegan al resto.
- Qué crueles, ¿no?
- Supongo. ¿Podemos parar?
- Es necesario permanecer unos minutos más... Siéntese, por favor.
- Vale. Vale. ¿Por qué las paredes se mueven?
- ¿Perdone?
- Sí. ¿No las ve..? Casi está rozando sus cuatros pelos una a su izquierda.
- Por favor, no sea grosero.
- Qué va. Si es cierto.. ¡cuidado!
- Pero qué...
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