Mortal, definitivo, intolerable. Aléjese del pensamiento, de los extraños gusanos que circulan por sus venas. Vamos, acabe de una vez. Retorcerse sin sentido sobre la ligereza de la superficie. No creer, creer. Introspeccionar como cometido tiene un fin, claro que lo tiene, qué no tiene una razón, sonreír tiene una causa y un efecto, desde luego. Todo vale para algo, la más límpida nada puede susurrar y puede desprenderse. Quebrantarse, aunque sí, hay un 'pero'. ¿Y quiénes nunca la vivieron?
Penetre en las otras mentes, cabezas ambulantes de un lado a otro. Si hubiera niebla serían cuerpos decapitados ("La leyenda del pianista en el océano") y serían tan ridículos, todos sus gestos y movimientos de manos y pasos a lo lejos estarían retumbando en el silencio, en el antaño, en el futuro. Y serían todos tan absurdos. ¿Se imagina usted sin vista ni oído ni gusto?
Mira, el peso fue un invento de los físicos que yo no pude creer.. no pude. Si esta mañana he crepitado en el aire, de repente me he visto volando y no sé en qué galaxia estaba, algún libro de ciencia ficción me lo dirá algún día, mientras tanto espera, flota. Oh. Vamos. ¿Flotar? ¿Por qué deliras?
¿Quién invento el reloj, el tiempo, el día, la noche? Si la luz y la oscuridad juegan con nosotros, nos engañan, entrelazamos las lúcidas ideas, pero ellos se escurren en su estrategia dominante. Saben perfectamente que ganaran sea cual sea nuestra oscilación, empero atisbaremos -lo haremos- el equilibro dominante en la inexorable decaída, en el abatimiento definitivo.
Qué sencillo todo esto, qué fácilmente retumba en tu mente, qué ridículo cuando sale al exterior. "Creí que sonaría mejor cuando se escapara de mí, cuando se transformara en otra vibrante partícula más de aire." Y a nadie le gusta escucharlo, ¿por qué cierran los oídos?. ¡Es posible! Ellos pueden hacerlo, no sé cómo, aun sigo en la incipiente investigación sin llegar a hipótesis.
Porque todo esto tiene un sentido, claro que lo tiene. ¡Todo lo tiene! ¡Todo! Y... durante el transcurso de los gotas, durante su repiqueteo... te percatas de que nunca nada lo tuvo.
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