- Ssshh... Debes ser mudo desde aquí, podrían escucharnos y llevar todo al traste.
- Está bien - Respondió casi a los decibelios de su respiración.
Ambos comenzaron a trepar por la bóveda, esquivando las esferas de fuego. Tantos desvelos nocturnos les habían abocado a permanecer en constante movimiento durante cada día de sombra. Se hizo el silencio.
Inopinadamente apareció una figura de cristal acercándose hacia ellos..
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