- ¿Puedes sonreír?
- No.
- ¿Por qué no?
- Porque no. No sé.
- Vamos... ¿lo has hecho alguna vez?
- Realmente no.
- ¿Nada te ha producido el impulso de reír? ¿Ni un chiste?
- Si ni siquiera tienen gracia.
- Así que... eres un amargado.
- No sé.
- ¿Podrías dejar de decir no sé de una buena vez?
- No.
- De acuerdo... le haré una más... ¿se ha sentido frustrado alguna vez?
- No.
- ¿Seguro?
- No sé. ¿Y usted?
- Pues mire... ahora mismo sí.
-Una lección le daré ahora, preste atención, le será útil.
ResponderEliminar-¿Una lección, a mí?
-Limítese a escuchar. Primero levante la comisura derecha de la boca, luego la izquierda y luego si le place podría mostrar los dientes.
No se olvide de lo que le he enseñado, y ahora debo irme caballero.
Vaya. Se agradece la continuación. : )
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