sábado, 20 de julio de 2013

Qué dulce engaño... ¡creer que lo lejano sea lo que realmente anhelamos! Viajar, visitar lugares diferentes, conocer nuevas culturas, nuevas personas... ¿realmente formaron parte de mi sueño? Todo fue una mentira más. No deseo nada nuevo, nada que no esté en realidad dentro de mí. Lo externo es una ilusión, una distracción, una proyección de lo que hay en el interior. Iré hacia un lugar donde sea la única que construya el camino.
Y ahí me quedaré, para siempre.

1 comentario:

  1. Estás llegando a Bernardo Soares. Soñar debería haber sido suficiente. Pero siempre cometemos el error de ir a ver. En fin, tampoco podemos evitarlo porque si no lo evitaríamos. Buscar el retiro interior como Murphy, el personaje de Beckett. Saludos.

    ResponderEliminar