martes, 22 de diciembre de 2009

Hace meses...

El ámbito que nos rodea, una sombra que nos persigue, incluso en la oscuridad más absoluta de una noche sin luna. Es esta la que decide por nosotros y no así a la inversa. Sucede que cuanto creemos apreciar está interrelacionado con las pautas de otros y en el trascurso de este descubrimiento hacemos lo imposible porque nuestras decisiones sigan siendo nuestras, nuestros pensamientos no nos sean arrebatado y nuestros sentimientos no hayan sido reproducidos anteriormente. Lo cierto es que estamos clavados en una ruleta que continuamente gira dando lugar a nuevos acontecimientos hasta que rueda sobre sí misma y todo vuelve a suceder.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Ida

Me miras, me aparto y con una sonrisa
bien fingida, dejo que fluya el descaro
común de mi mirada sobre tu arrogancia
transformada por las ideas que tramo
y es que me invade el pánico, no veía,
hasta ayer, tu huida de mi lado.

Ya... ¡Ya! No puedo inventar una mejoría,
y cientos de veces haré nada, no, trazo
unas rectilíneas que se salen de la ida
de mí, de mi vida, todavía no he reparado
en que las etapas acontecen y la mentira
deja de serlo, el mar no es tan diáfano.

Tus ojos, palabras, desvíos y estravagancias
sucumben a la inexorabilidad temporal chocando
con el terror y temblores inciertos de la ausencia
que tú sin apenas percibirlo has provocado
es que, quién fue el que te ordenó, agonía
a pulular por estos lares consumidos y atragantados
con la sinrazón que es la repulsiva vida
quién, quién, quién, te permitió y mandó
a que hicieras la mudanza, si ni siquiera avisarías
de que no regresarías, ni tú, ni el clamor
que perpetuamente hacías emanar a los días.

Lo innombrable e impalpable, levanta granos
de arena sobre la superficie y el brillo de bahía
murmulla subrepticiamente con los pasos
de pies candentes e incandescente alegría
del oleaje perpetrado de peces nadando,
tan solitarios, apareciendo en la eternidad,
a la vez, tan breve y acabada la razón.

Es que, yo, buscando en la rebeldía
las fronteras, me temo, he traspasado,
y, ahora, sola, sola, se esfumará la vida.
Que tú fuiste producto del delirio causado,
pero ahueca en tus sentidos una nostalgia,
una añoranza al recuerdo nunca consumado.


jueves, 10 de diciembre de 2009

Ojos otra vez

Una inusual patología le recorría las entrañas, su ojo derecho poseía un tamaño inferior al izquierdo. Y solía temblarle y aplastarle la cara, se le enrojecía, picaba, se rascaba. Mordía sus dientes, sus propios huesos. Inopinadamente, retumbaba en sus párpados una opulenta descensión. Deseaba. Tanto. Tantísimo. Pensaba en que un día moriría, y nadie le recordaría. O, en el caso casi imposible de que sí, terminaría olvidando a ese ser desviado de su vida. Sería algo así como nada, no existencia. Aunque ya desde el principio lo hubo sido.
Nadie le preguntó si quería nacer, toda vida es toda muerte. Si no hubiera vida, no habría muerte. Y así estaba, no había vida, nada lograba palpar, apenas le funcionaba el ojo derecho, caía una y otra vez, ajeno a la cadencia de los segundos. Parecía que a la par que ejercía una subida el izquierdo, el derecho iba casi alcanzándole, pero siempre por detrás. Como decían, uno siempre irá por detrás de otros. La superioridad que ejercía el izquierdo le hacía resquebrajar sus afanes de mejora, dilatar su impotencia. Ni siquiera se atrevía a mirar a otros a la cara no fuera a ser que vislumbraran la disimilitud existente, de modo que cuando hacía el amago de tener una conversación, no dejaba jamás de observar el suelo mientras el otro veía inútilmente el rostro oculto.
Siguió así desvaneciéndose por diversos lares, hasta que un día un reflejo rebotó con una piedra cantora que se encontraba bajo sus pies, donde, a su izquierda, había un diminuto charco de agua -probablemente provocado por la lluvia de la madrugada-. Dirigió sus ojos hasta el propio reflejo y se sorprendió, había transcurrido tanto tiempo desde la última vez que se había visto en el espejo. Ahora, estaba desaliñado, con una maraña de pelo con vestigios blanquecinos y unos zapatos andrajosos, sin embargo, vislumbró un detalle que lo dejó, si cabe, aún más perplejo. Parecía que aquella mirada había adquirido cierta simetría, uno no caía antes que otro, ambos iban a la par. ¿Qué clase de sortilegio había provocado ese súbito cambio? Sólamente indagó en preguntas por el estilo durante escuetos segundos, pues, posteriormente, exclusivamente se dedicó a pegar saltos -imaginarios- por doquier y bajo la escrutadora mirada de todos. Así pues, logró que aquel pánico se transformase en una satisfacción inmedible por poder, por fin, clavar sus ojos en los de otros.

jueves, 3 de diciembre de 2009

R1

Un no, más, y otro más. Negación de lo que fue, de lo que era y será. Estuve pensando en la muerte porque moriremos. Dejaremos de existir, tenemos un tiempo limitado, y, ¡maldita sea!, se va la vida. Qué piensa uno cuando llega a los finales de sus días, querrá dejar de existir, ya, cansado por la vida, o tal vez, tenga ansias de haber hecho lo que no pudo, y el miedo se apodera cada vez más de uno mismo. Y si no se llega a contemplar lo qué es la vida, ni a sentir cada una de sus agonías, y si, morimos antes de lo previsto y caemos por el abismo, qué queda. Resquicios de cenizas.
Despertando en aquellos días en que la melancolía arrase con todo lo que las leves ráfagas arrastran, consumiéndose, perpetuamente. Aquellos en que los vaivenes retornen sobre sí mismos, alternando los sentidos, trasladándose a otra dimensión. Una incógnita que aún suspira en los oídos. Un ligero adiós tras nuestras espaldas distanciándose. Existimos cuando vivimos, y en la muerte acaba la existencia, así que, no nos concierne esta última. ¿Para qué el miedo al fin? Es necesario pecar, acabar con uno u otra cosa -inevitablemente- siempre se hace. Incluso con los principios, las ideas, que tuvimos desde un principio, las exterminamos tarde o temprano. Fingimos desear algo cuando ni siquiera sabemos lo que deseamos, empero, de qué otro modo sino consolidaríamos nuestra esencia. Así pues, derrotamos todo aquello que creímos nuestro para la eternidad, desde luego, el fin es inherente. Y, telón abajo, más miedo.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Poema narrado

Ahí está mi madre ahíta de fregar
Era la novena vez que la lejía caía
Y mientras el líquido se escurría
Comenzaba su crepitante lamentar
Se escudaba en el cenizo suelo
Resbalaba y se estampaba contra la pared
Tras inciertos instantes su pelo
Se entremezclaba con un inopinado trance
Sus decibelios se disponían a aumentar
Me irritaba las entrañas su continuo gritar:
-Sí, madre, yo hice que se vertiera
El aroma de la lejía por toda la alcoba
Por favor, precediendo al descubrimiento sea
Usted benévola conmigo y no recoja
Ni una mísera gota de agonía
No, amada mía, cuidadora eterna
Ni se te ocurra arrojar tu monotonía
Por la polvorienta ventana trasera-.
Madre, ¡qué has hecho!
Fue culpa mía, recuerda de mí
Que te he apreciado y que te quiero
Esos pedazos de cristal se entierran
En las yemas de mis dedos
Mientras la sangre borbotea
Y veo tus ojos, lejanos, escrutando el cielo

lunes, 23 de noviembre de 2009

Amor en vías de escape

Me despierta una pesadilla
en ella, tú, hace días que no llamas,
semanas, dijiste "volveré a llamar",
pero el vaho de tu aliento aún
no me ha susurrado en el cuello nada
y descaradamente, ahora suena el teléfono.

Tú de nuevo, ¿quién te pidió aparecer?
ahora soy yo quien no te llama,
que me echas de menos, te atreves a insinuar,
corazón, el tiempo ya corrió por los dos,
vestigios de tu voz todavía retumban en mi cama
mas tú, corazón, para mí ya eres nada.

Rozabas la perfección con tus melena alocada,
pero ahora eso sólo es recuerdo de ilusión,
que ya no retornarás a mi amor, corazón,
formas parte del pasado de antaño, amor.

¿Rememoraciones de tus caricias?
que me ponen la piel de gallina,
sí, corazón, aún padezco de esas palpitaciones
mas desconfía que tus intenciones
desaparecieron hace tiempo en mis días.

Corazón, que se me olvidó decirte
algo que todavía me hace bramar
que no me deja descansar y, terrible,
fue el motivo de mi pesadilla,
tú aparecías y me susurrabas:
'amor, tu brillo me ha paralizado'

Poem

Sombra remota que peca
intentando pronunciar un eco
que despierta una mueca
en ruborizados cabellos
-demacrados y polvorientos-.

¡Oh! Endemoniada alma
que te disfrazas de palabras
pertubadores designios
encomiendas con silencios
-como cadencias sin sentidos-.

Y sostienes ¿tú?, mismísimo
Anticristo, pura vileza,
que los días insípidos
son fruto de la maleza
intrínseca de aviones
zumbantes de reflexiones.

Osas contradecir al pensamiento
¿que no vivimos murmullas?
ay, inocente marea, eres miedo
para tempestades mudas
no te preocupes mensajero
tu hastío será lo que te consuma.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Hálito

Increíble era cómo cada vez que hablaba con alguien lograba atisbar el ángulo exacto en el que miraban aquellos ojos, el cariz de las pupilas y la forma en la que se entremezclaban con los diversos matices del iris, ni siquiera atendía al surtido de señales que trazaban el momento. Se quedaba impreso en la magnitud de aquellos ojos, a pesar de que sonasen cadencias de voces apresadas de apreciable significado, aunque la tormenta amenazase con engullir el tejado que los sostenía. El balbuceo de palabras hacía constancia mientras se sumergía en sus divagaciones sobre qué trayectoria y qué clase de acontecimientos habían pasado esos ojos.

Irrevocable, tú

Atisbos de recuerdos y de ensoñaciones unidos a la arraigada melancolía que cosecho cuando te recuerdo. Porque los sucesos que acontecen me hacen recordarte, a ti y a tu olor, también a tus palabras, que me acariciaban la espalda y ruborizaban mis cabellos. Desde luego, no dejan de persistir tus ojos de mar en las tan infrecuentes -ahora- rememoraciones. Pero es que, te irás -ya lo creo que sí- muy pronto, demasiado, te echaré de menos. Sí, no sé el qué, quizá tu presencia lejana, mis ansias de amar algo vertidas en ti. Y seré un nombre borrado por siempre en tu memoria, junto con muchos otros, aquella que fue tan sólo una más entre otras, en eso me convertiré -nos convertiremos-: en huellas de ceniza. Amor oxidado, no te darás cuenta jamás de que tú permanecerás en mis evocaciones, sí, sí. Que todavía tengo el descaro de decir que te quiero, tan sólo porque necesito querer a alguien. Y es que sin la visita escrutadora de tus ojos aún siento su llama arder, los lisonjeros pasos que recorres, leves, hacen mella todavía en mi desaliñada compostura. Ay, en fin, tan sólo desearía un último momento, aunque breve, juntos, a pesar de que no fuese como mis sueños de antaño. Por favor, recórreme las entrañas, por una última vez, házlo pronto, antes de que sienta que esta chispa no retorne, exclusivamente regálame una mirada.

martes, 3 de noviembre de 2009

M

Tengo ganas de escribir. Me invaden una y otra, y retorno a la una y vuelvo a la vez. Madre mía. Cómo me inspira un piano, una melodía, una música. Necesito expresar estas ansias de rozarla lo más cercanamente posible. ¿Cómo osas ser tan maravillosa? Espectacular e impredecible. Llena de magia, adquiriendo énfasis diversos por momentos. Te amo. De verdad, tu voz supera a cualquier otra humana. Tu sinceridad me abruma en exceso, no te puedes comparar a otro. A un él. A unos azules ojos e intrincadas palabras. Ni tampoco a una tristeza aparente en el caminar. Eres todo. Música, eres diosa, omnipresente, omnisciente, omnipotente. Tú eres mi todo, por ti vivo. Las palabras foráneas se convierten en melodías disonantes, unas ocasiones espeluznantes, otras acogedoras. Pero yo, música, te seguiré manteniendo en mi regazo, acunándote y cuidándote. Pues tú no te irás de mis manos, siempre estarás pegada junto a mí, las dos formaremos un tratado irrompible, en la que cada una vivirá para la otra. Sólo por y para aquella otra; y para siempre inseparables.

Improvisación

A intervalos se siente ridícula. Observando a lo lejos sombras de gente, colores indefinidos. Se oyen pájaros silbando en los gigantes árboles que contempla. Está sentada en un banco, frente a una iglesia erigida años atrás. Con los árboles amurallados bajo una capa de cemento. Ruido de coches, viento, voces. Silencio. Fragmentos de basura rodando por el suelo, con vaivenes inciertos. Aire ligero acelerando su velocidad. Tranquilidad. La vislumbran remotamente suponiendo el qué hace mientras sus rizos se enmarañan con la atmósfera. Y hablan, inventan relativas teorías, cruzándose contrariedades. Diversidad de sensaciones. Tumulto de bolígrafo acude a su llamada. Aprecia su respiración indagando la estructura de la iglesia, ve a un hombre surcándola por las afueras. El verde tóxico se refleja en las direcciones ejecutadas por el pequeño ramillaje. Y aparece de nuevo ese hombre, haciendo fotos de la magnificencia de la pintoresca arboleda. Ahora de la iglesia. Ofrece pintas de montañero, perro viejo. Con la mochila bien fijada. Oh. Música. Tradición de su pueblo: timple, laúd, guitarra; que se escucha de fondo. En este momento, la fuerza sostiene la escoria y es arrojada a su contenedor. Pitas escuetas, ladridos de perros. Movimiento de pasos. Dueña y perro ladrando dan un paseo. Naranja colorido y peludo. Vacío de calles de nuevo. No, se regocijan risas. Más gente, más pasos. Acercándose y alejándose, viviendo vidas. Surtido de trescientos mil colores. Sin embargo, ella sigue sin determinar cuál será el suyo.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Ojos

Cayendo cíclicamente al tiempo que asciende y roza los astros. Se encuentra en una oscilación recíproca con su imagen en el espejo mientras hace el amago de hallarse a sí mismo, en la espesura de cavilaciones delirantes. Los lapsos de tiempo se transforman en horas, sin sentido. Empero sigue sin comprender que no nació para desarrollar los mismos hábitos que los otros. No nació para ser uno más del montón que vive desmesuradamente agotando los recursos y asfixiándose en el consumismo alocado. No, no fue concebido para vivir superficialmente, adscrito a los típicos aspectos imprescindibles de todo humano. Sólo existe para observar las trivialidades y cómo el ligero pero inexorable paso del tiempo va formando cúmulos de recuerdos hasta que una catástrofe los reduce a cenizas. Nació para distinguir la belleza de una palabra con la de una mirada, para detallar el cariz de los colores y confundirlos con sonidos enigmáticos. Y sobretodo, para admirar vehemente las sonrisas foráneas, apegadas al fulgor de ojos. Profundos. Únicos.

domingo, 25 de octubre de 2009

Again

Movimientos mecánicos, delirantes, extendidos por incoherencias. Absurdos persecutorios, una mano incandescente manejando los hilos del armatoste. Deprimente. Armonía de acordes en una guitarra y esa voz apenas audible, acojonada detrás de ella y temblando. Inquietud y miedo, con una exacerbación en demasía perceptible. Chasquido de uñas cortadas con incisivos. Gritos. Terremotos cutáneos entremezclados con lágrimas. Aquellas eternas lágrimas de sucesos sin catalogación previsible. Agua corriendo desnuda por los pasillos, sin rozamiento que la frene. Pánico, de nuevo, unido a una amalgama de disparidades. Y comienza, otra vez, el cíclico y brutal desasosiego.

jueves, 22 de octubre de 2009

Nada (letra)

Caminando por un abismo de pasos
Se clavan tus pupilas en mi espalda
Y aún no percibo lo que estás tramando
Atisbos de tormenta sin palabras
El tumulto de extraños no ha cesado
Persiste la tersura de tus susurros en mi almohada

Se escurren de nuevo tus divagaciones de mis sueños
Y escapas, sin más días certeros
El tiempo pasajero me arrebatará lo que espero
Difuminándose un "al menos"
Sin embargo, se adueña de mi alma enfrascada
la cobertura de pensamientos que me acompaña
y en murmullos resbalan

Mas lo que es, es nada
y la nada es lo que es
tu existencia y la nuestra

Lluvia

Qué coño importaba el qué dirían. Nació para abrazar la soledad y rozar con las yemas de los dedos la brisa del mar. Se desesperaba cuando veía que las estaciones no pasaban. Parecía un tiempo eterno. El sofocante calor veraniego le solía corroer las palpitaciones, habitualmente desembocaban en excéntricas divagaciones. Pero, tras el goteo de días, hacía su apogeo el hogareño otoño. Y la lluvia. Le gustaba pasear sus pies desnudos en la lluvia, inhalando el repiqueteo del agua. Divisaba una niebla nítida ante su vaho e indagaba entre los focos de luces qué vida llevarían esas remotas personas. Antaño, a la edad de su juventud -tan lejana ya-, se revolcaba entre los charcos, soñando que en algún momento aparecería "algo" que le concedería la posibilidad de volar a las húmedas nubes y acurrucarse entre algodones. Mas, siempre se rendía y abandonaba sus inquietantes oscilaciones hasta retornar en otro reflejo. Ahora, aquellas locuras le acuciaban las entrañas y frecuentemente recorrían sus pesadillas. Aquel "algo" se convertía en un abominable ser que enredaba sus bifurcaciones en su cuerpo, abarcándolo con agua hasta casi ahogarlo. Cuando llegaba a ese punto, sus insconcientes ojos se abrían y recordaba la desasosegada realidad. Le gustaba creer que era preferible a sus alucinaciones. O, también, que sus delirios no eran plenamente ciertos.

martes, 13 de octubre de 2009

Excéntrico

Qué sensación tan extraña. Hoy he percibido un espeluznante escalofrío cuando he clavado mis ojos en otros con mi habitual descaro. Sin dejar cabida a la intimidad, como acusando y apresando el encierro de su mirada. Queriendo dilucidar resquicios de una vida impetuosa y murmullos de melancolía. Pues no. No todos poseen ese "factor" que me desarticula. Hay quienes fingen excesivamente bien su posición impertérrita, sin verter desvaríos a lo que corroboran con insistencia. Y me aturde esa tesitura, sin más banalidades, todos tenemos un recodo subrepticio en nuestra alma que no queremos vislumbrar al resto, unos defectos a hallar con una insolente inspección. Empero, parece ser que mis facultades me eluden y se reservan evanescentes de mis ensoñaciones.

lunes, 5 de octubre de 2009

Espontáneo

El fulgor del chirrido se acentúa a medida que transcurren los segundos. Pareciera que borbotean delirios de sus tembleques, apegados a graves y agudos. Sí, música de nuevo. Teletransporte a la gloria de nuevo, mi memoria del alma regresa y es que todo tiene sus raíces por más que me empeñe en alcanzar el sol por encima de sus translúcidas hojas. Y en quemarme, sin previas razones. Por mucho que me caiga, me levanto de nuevo, me quieren, les quiero. Y es que no hay más. Soy una humana simple, como todos. Tengo miedo, y él osa a desaparecer, o cree eso. Já. No me preocupo por él. Sigue ahí latente a la espera para devorarme, me quiero, me quieren. No hay más. No puede conmigo, ni yo con él. Fiel amante, permanece a mi lado por siempre, pero no me recorres, el sol sale y sale otra vez más. Voy a hablar, no pienso callar. No. No me pienso reprimir. Tengo valor, observo envidia, malignos humores, malditos humanos. Necesito salir, no importa con quién. Y música, a mi vera, eterna.

jueves, 1 de octubre de 2009

BRUM

Espontáneamente pretendo escribir algo que salga de mi imagen ficticia. Presuntamente originada por designios de mi mente. Y no sé, sigo sin saber. Indecisión cortante y monótona, pánico ascendente. Ausencia de palabras que descaradamente rebotan a otra dimensión retrasando la descomposición de translúcidas elucidaciones. El etéreo parpadeo de las yemas de los dedos evocando exasperación, tintineando tras cristales de vacío. Conteniendo abruptas floraciones estelares que escuecen las melodías de la cálida brisa acompañándome. No se cansan de aparecer como un súbito tsunami de mis labios gazñidos inexplicables, como murmullos arrastrados por gritos. Sin embargo, el cuerpo se toma la molestia de involucionar para realzarse tras la victoria extremando lo vertical y fundamentando nuevas puertas. Completamente abiertas para mí, sólamente para mí.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Sunrise

Repiquetean gotitas turquesas en tus cabellos. Tus ondulaciones azabaches se entremezclan con tu caótica y casual sonrisa. Los destellos marfiles evocan el antaño que tanto anhelas y deseas extirpar. Ellos, exacerbados siguen realzándose por encima de la multitud, con resquicios de melancolía. Tus pupilas indagan bifurcaciones. Divulgando la enseñanza del silencio extremas tus gestos adimensionales y te ríes. Rehaces lo deshecho y retornas a tu quietud. Apoyado en una nube, caes sosegadamente a las estrellas. Y, mientras, tu imperturbable sonrisa permanece.

viernes, 18 de septiembre de 2009

a

Ilumíname. Reconfórtame con tus palabras. Acércate. Compréndeme. Absorbe toda la empatía posible. Olvídate de estadios ahogados en la melancolía. Recuerda el silencio propicio a cada inhalación. Exhala nuevamente. Erradica las secuelas del veneno, y de las lágrimas. Grita. Por favor HAZLO. Sacúdete las virutas de nervios. Rechaza las comodidades lingüísticas. Abrúmate con amagos de bienvenida. Abrazáme, abraza tus defectos. Escúchame, yo también lo haré. Confiemos en el impredecible porvenir. Veamos la pulcra verdad con ausencia de criterios. Temamos el miedo, que no sea al revés. Y, acuérdate, deja translucir el reflejo de tus pupilas. Ellas conocerán TODO.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Es viejillo

Doce de septiembre, subiendo los pantalones poco a poco está ella. Se dispone a salir por la puerta. Ha llegado mediante el transporte diario a su nuevo lugar en el que transcurrirán todos los nuevos acontecimiento que cambiarán su vida. Allá va. Por fin, entra en su clase.
Levanta la vista para observar a los nuevos individuos desconocidos que le ofrecerán un espacio entre sus pensamientos y la realidad. El brillo en los ojos permanece y decide quedarse, se renovarán las ilusiones. El ambiente se turba y un tumulto de voces dificultan la escucha pero ya se distancia. Traspasa la puerta y se dirige a sus alumnos. Comienza la fiesta.
- Sobran presentaciones. Aquí todos nos conocemos.
Pero ella seguía preguntándose quién era él y quién ellos. Con aquellas palabras habían finalizado las posibilidades de un buen comienzo.
Acabó la jornada y se quedó con el amargo placer de aquella bienvenida, simplemente le gustó, quizá por lo atípica que había sido.
Al transcurso de los días posteriores fue adquiriendo mayor confianza con aquel singular ser, sobretodo en aquel momento, ese en el que ocurrió aquella desafortunada coincidencia.
Ella se encontraba cavilando a medida que acentuaba sus pasos por el lánguido pasillo mientras recordaba la conversación de ayer con aquel amigo que había sido el mejor de todos, y sin embargo, ahora no constituía más que un estorbo. Discutían acerca de los tiempos futuros que sufriría la sociedad, estúpido tema del que hablar, pero suficiente para estallar el último átomo que quedaba para que se disolviera por completo aquel artificio que era su amistad. En la madrugada, las nubes habían inundado el cielo hasta precipitar en la tierra. Y no sólo en ella, por algún motivo, se había formado un minúsculo charco acuoso en el suelo del pasillo. Tras insignificantes lapsos de tiempo, apareció él con su supremacía al extremo y su mirada contemplando el vacío, cosa que le permitió no observar aquella húmeda mancha y que le proporcionó un lacerante impacto contra la superficie. Perdió todo equilibrio, apenas podía levantarse. Sin embargo, ella había advertido una presencia ajena a sus pensamientos, que hizo que silenciosamente examinara la escena. Fue realmente entretenida, aunque ella no tuvo el coraje de reírse. Prefirió acercarse y ayudarle a apoyar sus pies sobre el suelo evitando deslizamientos peligrosos. Se había oído un crujido y tras unos segundos él pudo apreciar cómo había afectado su tonta caída a su rodilla. No podía sostenerse sobre sí mismo. Ahora no sólo ocurría psicológicamente, sino físicamente. Ya no sabía qué haría, lo que faltaba para que se desmoronara por completo aquello que creía poseer. Pero, de repente, apareció aquel rostro cercano y tan inocente que había visto hace tan sólo unos minutos. No podía destapar todo el afloramiento que hubiese querido, esta vez, tendría que fingir.
- ¿Te has hecho daño? - susurró casi evocando una lejana melodía mientras agarraba sus brazos.
- Creo que no, pero gracias. Deberías estar en clase en este momento, ¿qué es lo que haces aquí?
- Rescatarte de tu naufragio, vaya caída. Además, me parece que ha resultado herida tu rodilla.
- Sí, de eso ya me encargo yo. Ve a tu aula.
- De acuerdo, nos veremos ahí después.
Él intentó caminar, pero algo lo arrastraba e impedía que continuase su camino.
- Espera, chica.
- Tengo que estar en clase, ¿recuerdas?
- Sí, pero no puedo moverme, llama a alguien. Por favor.
- No te preocupes. Déjame llevarte al piso inferior al menos.
- Si no queda más remedio.
Entonces, sus ojos se apoderaron de los de ella, y penetraron hasta que uno de los dos no tuvo más remedio que desviar la mirada. Ella sostuvo su brazo en su hombro mientras le daba un medio abrazo, él cojeando, intentaba apoyarse lo mínimo en ella. Sin embargo, su perfume estaba demasiado cerca, y no pudo evitar entrecerrar los ojos cuando detectó aquel aroma fresco. Se giró y vislumbró anonadado su rostro, tan hermoso como la luna en un cielo nocturno despejado. Sintió el impulso de rozar levemente sus labios, pero abruptamente, se enrojeció. No era más que una niña.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Por la noche

El sonido producido por mi respiración me inquieta. Tanto así como las elucubraciones que invaden mi mente sin llamarlas ni teniendo yo pretenciones de ellas. Aunque están de mi parte. Me hacen sucumbir a la ilusión en la más sosegada tesitura: cuando mi cuerpo no da señas de cordura ni postura alguna. Ese instante en el que me encuentro tumbada en la cama, fingiéndome dormida hasta que la incisiva realidad me obliga a levantarme o, en cambio, pienso que en vano me sirven mis reflexiones y que más sueño que ganas de cavilar tengo. Ahí es cuando me siento plácidamente conforme con la situación, pues parece siempre que algo estrambótico, renovador y mágico me cautivará en el próximo día. Ni siquiera divago sobre acontecimientos recientes que produjesen en mí fuerte impresión. Sólamente me arrastran vagas ideas de un deslumbrante cambio que aumentase mis latentes pulsaciones hasta un absoluto descontrol.

Fragmento

"En ocasiones se sentía como la hoja que cae de un árbol pero que por su forma de barco se empeña en desafiar las leyes de la gravedad y, en lugar de pasar a convertirse en alfombra del prado junto a millones de hojas semejantes, opta por elevarse atrapada por una caprichosa corriente de aire y comienza a volar de un lado a otro, sin rumbo aparente, sin destino marcado, para ir a parar a una cornisa y de allí al parabrisas de un automóvil que la llevava muy lejos, hasta permitir que en una pronunciada curva se desprenda y navegue de nuevo sobre otra corriente de aire en una larga andadura que la impulsa a penetrar en la habitación de un niño huérfano, que al verla imagina que es un mensaje que le envía su madre desde el cielo, la guarda entre las páginas de su libro predilecto y le cuenta sus penas cuando se siente solo.
No es más que una hoja seca, semejante a millones de hojas secas, pero a la que una casi imperceptible curvatura le evita acabar en una hoguera y la convierte en consuelo de un ser profundamente afligido."

"Coltan" - Alberto Vázquez-Figueroa

Droga

Prevenida de rozar levemente a alguien con mis manos, brazos o bolsos (o bolsas, que viene a decir lo mismo) me dispersé entre la multitud en búsqueda de la pieza perdida. Sucia, podrida, en pleno estado de descomposición, pero formaba parte de ciertos recuerdos que no tenía el valor de olvidar. Transcurridas unas horas con cara de loca mirando de pies a cabeza a cualquier individuo que me produjese extrañeza desenfilé hasta un atajo que desembocaba en una estrecha calle. No se podía ver con claridad la velocidad con que las nubes cambiaban de forma, pero distinguía las pintorescas edificaciones que me tenían acorralada. Al principio no lo noté, porque andaba tan profusamente sumida en mis elucubraciones que había ignorado el atrevido silencio de la dichosa callejuela. Es más, el pavimento se hallaba en condiciones deprimentes y a la vera de los edificios había un elevado puñado de sujetos medio borrachos, dormidos y vestidos con probablemente la única ropa que habían tenido durante años. “No los mires”, me susurraba para mis adentros, no obstante, era inevitable. Me preguntaba mientras los observaba qué cosas tan terribles habrían hecho para llegar a ese lamentable estado y qué sería de mí cuando pasaran los años. ¿Me arrepentiría de los errores cometidos en el pasado? ¿O, en cambio, estaría disfrutando como una condenada mientras ellos seguían corrompiéndose a sí mismos? Desde luego, no hallé la respuesta. Continué mi camino y atisbé el cercano sonido de una guitarra. Un tipo con cigarro y pintas de haberse drogado la tocaba descalabradamente bien y con un indómito virtuosismo. Me acerqué y me senté a su lado, midiendo las posibles consecuencias. “¿Quieres?”, me insinuó ofreciéndome un cigarrillo y fuego. No dije que no, ni tampoco acepté, sólo hice un ligero movimiento de cabeza que él interpretó como un sí. Dejé volar mis sueños mientras inhalaba el humo y la música recorría mis venas.

martes, 8 de septiembre de 2009

¿Qué sucede?

Se escurren las posibilidades tras cada nueva sorpresa que acabo desenmascarando, detrás de ellas no hay más que resquicios de otras anteriores sin aportar una nueva exigencia. Sacudo la cabeza cuando tengo que decidir si tomar una u otra desviación y distingo en el medio de ambas un color grisáceo oscuro, turbio, pero al mismo tiempo con cierto grado de un destello cegador. Me arriesgo a no escoger y andar parsimoniosamente por su grisáceo medio, sin saber a qué atenerme. La curiosidad corroe por mi sangre transcurridos ciertos momentos tardíos, sucede algo auténticamente inaudito: mi mente se ha transformado. Los pensamientos ya no me atacan y amenazan con destruirme, pareciera que jamás hubieran estado ahí. Discurren los sonidos de mis pasos mientras intento capturar una remota idea. No. No puede ser, mas ha sido demasiado imprevisible como para haberlo evitado. Vacío. Y esta vez es auténtico. Ni siquiera eso.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Poema

Al fondo percibo una vibrante melodía

Mientras presa de delirios me hallo

Dibujo demacradas figuras a tientas

Con los puños bien cerrados

Se transporta al silencio mi agonía

Y mis insondables pupilas aparto

de la nebulosidad de la atmósfera

Palpitante prorrumpe un trago

Amargo de remotos recuerdos

Y, la música, se sigue escuchando

Hogar

Permaneció en un estado de quietud inalterable, apenas resucitaban divagaciones. Se había compuesto de una maraña de sinsabores cuando sucumbió a la realidad. Resaltó una tenue luz en su rostro y de pronto, se sumió en la oscuridad. Vagamente rememoró los tiempos en los que la simple brisa originaba una complacida sonrisa. Sin embargo ahora se permitía el lujo de ser exigente: con eso no bastaba.
Anduvo por la estancia cavilando de un lado a otro, sin dejar ni por un segundo aquella agitada respiración hasta que logró dilucidar algo. ¿Era tal vez la solución? No fue la primera ni última vez que se le pasó cosa semejante por la cabeza. Seguía sin ver más alternativas así que decidió arrojarse a tales vaivenes de agridulces alegrías.
Se trasladó lejos, todo lo que pudo de aquel infernal lugar, hasta que regresó a sus orígenes. Cerca del mar, donde fue concebido. Su inconfundible esencia había cambiado, aunque en el fondo sabía que el acogedor rincón donde se fabricaron remotamente sus sueños más exquisitos aún persistía.

miércoles, 24 de junio de 2009

Re

Se acercó a ese brillo mágico y sus manos se dispusieron a recorrer sus recovecos. Las yemas de sus dedos tocaron levemente sus labios, y abruptamente se deshicieron entre ellas. No podía ser, vio la luz en la que ardían sus ojos y quiso tan sólo contemplarlos más de cerca, pero se borraron del rostro. Iba a tocar su pelo mas cuando llegó a él, este se descompuso, cayendo cada mechón a borbotones. Abruptamente hizo el amago de palpar sus pálidas mejillas, empero aquellas fueron a parar al vacío. Dispuesto a todo, con perspicaz rapidez fue a unir su cuerpo en un abrazo con "aquello". Desafortunadamente, se esfumó por completo. Solamente fue capaz de detectar con espeluznante admiración el intenso halo de luz que había quedado. "Aquello" se había resquebrajado para acabar siendo blanco. Cegador y perturbante, incapaz de vislumbrar algo ocluyó sus ojos con la fuerza que le era posible mantener en sus párpados. No lo consiguió. La incandescencia permanecía.

lunes, 22 de junio de 2009

Fuego

Cerró los párpados mientras escuchaba aquella última sonata. Sí, la recordaba a la perfección, conocía hasta su nota más imposible. El piano hacía tiempo que ya no sonaba en aquella casa, no tenía suficiente fuerza como para volver a él. Cada vez que le dirigía una escueta mirada, desviaba los ojos a su alrededor y contemplaba estupefacto el desorden que había creado. No podía comprender el porqué de ese caos, no recordaba su origen. Sin embargo, él estaba allí, acusándose a sí mismo como el causante de aquella anarquía. Flotaba en el aire un humo denso, con el inconfundible aroma a tabaco. No hacía poco más que fumar y percibir intensamente deleitado las vibraciones de aquella música que tiempo atrás fue el motivo de discordia entre el extremo placer y la frustrante monotonía.
Esparció todos sus recuerdos en fotos por el suelo y tomó la decisión que había rondado su cabeza desde hacía demasiados años. Fuego. Lanzó su cigarro al fúnebre vertedero mientras inhalaba su última bocanada. Y, de repente, una estruenda risa inundó el ambiente, hasta que se ahogó entre las llamas.

miércoles, 17 de junio de 2009

No quiero más adiós

Todos acaban yéndose y sus caras se disparcen en mi mente. Intento recordar sus ojos, cómo sonreían y me siento acorralada y sin escapatoria cuando descubro que carezco de capacidades para hacerlo. Y que ellos no volverán a dirigirme sus habituales palabras que para mí eran un consuelo y que convertían un pesadumbroso día en un vaivén de inventadas situaciones en mis adentros.

No quiero perderlos para siempre, desearía que siguieran ahí, que sin saberlo llenaran pequeños resquicios que dificultan que el desolador desierto que me abrasa se apodere de mí. Sin embargo, sé que el adiós es inherente a mi condición y la de todos. Aunque se vayan sin despedirse para mis adentros si existirá la despedida.

Y mantendré la esperanza de rememorar las conversaciones efímeras e intensas que mantuvimos algún día. No, no les olvidaré a pesar de que ellos si lo harán.

lunes, 15 de junio de 2009

Cotidiano

Me muerde y me acorrala el tiempo mientras intento que llegue bien lejos. A mi pesar, estas pretenciones se convierten en juego del azar y no queda más que dejarlo pasar. Te olvido y todavía quedará el vacío, la infinita ausencia que penetra bajo todos los poros que poseo. Y vuelve otra vez a llover y a salir el sol y sigo sin distinguir qué será peor, qué alterará el paso de los días. Sé que nada es la respuesta, mas no quiero verla ni descubrirla. Quisiera indagar entre diversificaciones convertidas en invento, sin un claro comienzo ni un lúcido final, hasta que alcance la pasión que mis sucesos me han hecho perder. Una irrefrenable pasión transformada en deseo cuando roce un pensamiento, una melodía, un cuerpo foráneo, que me haga olvidar mis desvaríos y mis cotidianas sesiones de aislamiento.

jueves, 11 de junio de 2009

Sus formas

No puedo comprender aún la inexplicable sensación de desenfreno que me provoca una situación en la que me veo incapacitada para satisfacer cualquier remota gana de alterar el transcurso de los acontecimientos. Efervece una terrible envidia cuando veo lo sorprendentemente sencillo que parece hallar alegría hacia algo, alguien.
Creo que es imposible mantener ese estado durante mucho, sinceramente, no podría. Previamente, ya poseería mi mente otras ideas que me recuerden la fragilidad ajena, el lamentable estado de sus almas, y de sus vidas. Por ello, es inalcanzable un instante sin seriedad, sin indiferencia, sin frío.
Complicación es lo que emana lo observado. Tanto que la belleza sigue su trayecto al infinito sin más remedio que intentar correr hacia él, agónicamente, hasta que el sudor acabe con la reserva de energía y el agotado cuerpo se desplome ante el gélido suelo de la ignorancia. Y, embadurnado de rocío destape aquel descomunal desengaño en el que sus ojos no aspiraban más que a admirar un mínimo reflejo del rostro de la hermosura, siempre escondida bajo sus inquietantes formas.
La preocupación no acontecerá de manera elevada a estos desasosiegos, sin embargo, el intento de apreciar las sublimes apariencias de la naturaleza sucumbirá indeterminadamente hasta que sólo ella decida frenarlo. Mientras, espasmos con la música.

martes, 9 de junio de 2009

Provisional adiós

Se entreabre un leve átomo de oscuridad cuando bajo los párpados y oigo tu despertar, que me llama. Ajenos a la correspondencia de tus labios, se me adormecen arrancando bocanadas de aire. Y mientras, tu contaminante aroma que intoxica momentáneamente mis pulmones se ancla tras tu apariencia. La artificial magia es difícil de borrar, las espinas se clavan en mis venas hasta que arrastran la última gota de sangre. Mas son quebrantables las fantasías. Tu voz me grita ya tan lejos que no me alcanza y me duele. Sufro una terrible agonía que vierte humaredas y roba mis sonrisas. Decide transformarlas en medias y no en falsas, en verdaderas y no en sinceras. Cuánto quede de este gusto amargo terminará despidiéndose con un provisional adiós, pero volará en medio de la noche y el día suspendiéndose en la atmósfera.

viernes, 5 de junio de 2009

Estudios

Son las 3 de la mañana y algo más. Apenas quedan resquicios de café amargo endulzado con leche en mi paladar. El sueño me invade, las palabras también. Los pensamientos aún más, y como siempre, la música me acuna y me ofrece su enorme manto que transgrede las frágiles barreras y me aleja de la incomodidad del silencio. No lo aguanto, ni llega a rozarme, jamás. Antes, me recorren diversas situaciones, composiciones, de vagos deseos que, quebrantables, se esfuman y permiten que su esencia se condense en el ambiente.
Mas tengo y tendré siempre en mi alma las melodías que han pegado las piezas de las que me compongo, como un puzzle inacabado, al que aún le quedan partes por resolver, así están mis desvaríos. Mis latido decaen, perdiendo sentido, con cada pulso, inhalo un nuevo aire, que regresa otra vez más a su tierra sin rasgar un ápice de mi estructura.

lunes, 1 de junio de 2009

Persistencia

Me pide que abandone.
Que deje de empeñarme en aludirle.
Que olvide.
Que rechace los lamentos.
Que no invoque su recuerdo.
Que niegue sus palabras.

Las condiciones que exiges no son adecuadas.
Sabe que no puedo borrarle.
La esencia de tabaco todavía persiste.
Mi mente no la bloquea.
Una insistencia inevitable.

Hasta la media sonrisa que suspiraba
simplemente, imborrable.
Mi aguardada mirada
incluso era inadecuada.

Flotaban latentes mis pupilas
ante las suyas, dormidas
bajo el influjo del albedrío
libre de la vida.

lunes, 25 de mayo de 2009

Nubes claras

He llegado a una etapa de tranquilidad y estabilidad, ¡al fin! Creo que ya estoy viendo el término de todo, la punta más alejada de la oscuridad, veo un claro de luz en medio de la tormenta, a pesar de que aún no haya pasado. Aunque siga viendo reflejos terroríficos que me aúllan en pos del día cuando anochece sonrío al ver el inundado firmamento negro repleto de estrellas. Y me despierta el insomnio, la vida esperada quiebra todo mi cuerpo, comienza a funcionar. Mas todavía existen sucesos que trastocan mi mente y construyen un abismal muro entre mi razón y el mundo paralelo de la ilusión.

lunes, 11 de mayo de 2009

Lo que nunca existió

Aullan gritos jadeantes
culminar no es lo que desean
amarían durante horas penetrar
en el cálido ambiente del instante
fugaz de pasiones certeras
que con sólo reflejos aceleran
la sangre de azules venas.

Mas no sólo azul almacenas,
fulgores de lo que no esperas
también pertenecen a la apariencia
rebosante de vacías penas
con las que te autocondenas.

Únicamente en el planeta
existimos tú y yo
tú me afliges lo que replanteas
cuando me observas,
y yo quiero que no pares
de avasallar mi espacio.

Deseo que ni una milésima
ni un remoto instante
dejes de contemplarme
soy sólo tuya y lo sabes.

Sólo nos amamos,
tú y yo,
sólo destellamos,
tú y yo,
mezclados otra vez
en la ardiente llama de la pasión,
para siempre,
tú y yo.

lunes, 4 de mayo de 2009

¿Los oyes?

Oí un rumor de pájaros mientras
mutuamente acurrucados el uno en el otro
con aquellos juegos que me enseñabas
cada día en el que me escondía bajo tus sábanas
tu rostro había sido cubierto por mágicas irradiaciones
y el mío, a su vez, con tu mirada se sonrojaba.

Quisiste luchar contra mis ojos
pero ya cansada sabías que no resistiría
tuviste que rozar mis labios
y yo, no pude evitarlo, te acariciaba.

No paremos de contemplarnos
se escuchó el aleteo de las aves
que completaba nuestra maraña de sonidos
paré de mirarte, arrojé mi mirada al techo
quería contenerme pero no pude hacerlo.

Ambos supimos que era el momento
pasaron los desesperantes segundos
y lo hicimos, por fin el esperado adiós.

sábado, 2 de mayo de 2009

Amplitud

Observé al mirar el blanco cielo
que sobre mí se encontraba
un diminuto ser, con tanto recelo
que se me ruborizaron todas las puntas
del destartalado y aflorecido bello.

Ante tus ojos la infinidad,
siendo tan pequeño,
es lo que produce tu acongoja.
Estás ante un firmamento.

Tú, tan microscópico,
ves el mundo repleto de cuevas
por descubrir cuando yo
también insignificante
sólo veo albergues ya desnudados.

viernes, 1 de mayo de 2009

Lo mío no es engañar

Debo de expresar lo que apenas he sentido. Tengo que aparentar por miedo. He de reconocer que nuestros contactos han sido breves y carentes de sentimientos, además realmente nunca he sabido nada de ti y tú jamás has pretendido saber algo de mí. Todo fueron excusas. Verdaderamente lo que te has molestado en hacer es no hacer nada y dejarme ir sin haberme tenido. Y, sin embargo, debo lanzarte una mirada sonriente fingida para que la situación no se transforme en una condena a mi futuro. Si no lo hiciera destrozaría aquellas remotas ilusiones que poseo, pero cuando lo hago rompo los mínimos principios que aún albergo. La solución es tragarme el orgullo e ideales para evitar tragedias y el tintineo de pánicos frecuente en los que me rodean. Así haré favores y finalmente volverá a producirse un gesto rebosante de provocada alegría en mi rostro. Precisamente tampoco destaco por contener un cúmulo de cosas que lleguen a convertirme en algo más humano. Es más, soy radicalmente simple y una cantidad notable de lo que digo no es fruto de lógicos razonamientos.

sábado, 25 de abril de 2009

Si puedo...

Noche estrellada de divagaciones interiores que asedian el escurridizo recuerdo del arrepentemiento, alzando la vista para interpretar lo que ahí delante tengo. Mas no obtengo un cristalino veredicto, acaso la certeza de lo que me condena puede invertirse en otro comienzo.
Almohadas y mantas de coraza me sirven para desvincularme de las incesantes balas que aderezan las mañanas en las que despierto. Que me aullan con susurros la chispeante aflicción que con la leve aura de mis pisadas arrastro. Desprovisiones de términos son ineludibles para las reverberaciones de raciocinios que acometen las retinas. Mas no temas, no habrá discrepancia, porque la nada jamás se disipó.

martes, 21 de abril de 2009

El anhelado placer

Dormir es el fin de mi muerte,
es la esperanza de mi agonía,
cuando detalles invaden mi mente
y la melancolía arrebata mi alegría.

Durmiendo mis horas dejan de ser martillos
que taladran y sacuden toda mi alma,
ella, desangrada, busca su camino
para regresar al punto donde amaba.

Mi amor se convierte en sueño
y mi odio se transforma en realidad
mas, ni uno ni otro, serán capaces de perdurar
en cada derramada lágrima.

Le gustaría al cuerpo llorar sin parar
y sabe que esa no será su realidad,
la suya no llegará cuando dispuesta esté
a ver más allá de su ser.

Y sea capaz de atravesar con la mirada
las otras, ya más que perdidas, y dejar
de mirarse, eternamente, a sí misma.
Borrar el egoísmo que no se esfumará,
que pudiese erradicar y reprimirá.

Sí, dormir es mi vida,
pues yo sólo vivo de sueños,
ni siquiera una razón mía
podría modificar todo lo bello
que tienen mis sueños.

Y es, mi último deseo,
dormir,
para siempre dormir.

Vida de ocasos

Se burla ella
con su resplandeciente sonrisa
es hermosa y, a su vez,
camino de espinosas rosas
es infierno lleno de viejos sabios
y cielo repleto de falsos ángeles condenados.

Es la alegría y la tristeza,
es la manera de ver la belleza
cada cual que cuide sus espaldas
pero ella no podrá hacerlo.

Sólo pasa, nos roza y se acerca,
con su aliento resbalando
en nuestras caras,
nos saluda y da media vuelta.
Se va.

Nos indica que todo tiene su razón,
pero siempre huimos de ella,
¡cobardes qué somos!

No queremos escucharla
ronca, sin voz se queda
a gritos nos avisa
pero hacemos oídos sordos.

Y, cuando, ya muda
exhala el último suspiro
y nos lamentamos de su pérdida,
de repente, desaparece.

Nos deja solos
con nuestras envidias y odios,
solos en un desierto sin salida,
encerrados en infinitos laberintos,
abismales, sin principios, sin fines,
así es como ella acaba
con lo poco que quedaba.

Su lastimosa pena es la esperanza
que había depositado en aquellos
de aborrecibles pensamientos
a los que quiso librar
de todo remordimiento.

Abstractos (Aún sin título)

Luz es lo que atraviesa el cuerpo
un resplandor ennegrecido, mugriento,
que no alcanza del rayo la fugacidad,
no llega a cubrir su aliento
un mísero, impenetrable, suspiro
es lo que cubre de velo toda el alma,
se ríe de ella, histérica,
del alcance que tiene en su vida.

No es más que un reflejo,
se acerca su silencio,
y, sin palabras, se halla el muerto,
él no podrá solucionar el entuerto
en el que a su corazón ha puesto,
su ser transmite bocanadas de lamentos
el aire se los arrebata
como el mar azota el viento.

Llegó la hora de su muerte,
su alma que jamás tuvo sentimiento
logra escapar de su cárcel, candiente,
árdida ella, asfixiada en su calor,
pierde por fin, logra la batalla.
Acabó todo, se extirpó
la última gota de esperanza.
Tal vez, quizá, ella sola descubrió
que su muerte nunca estuvo ahí
sino que sólo ella la creo.

Nunca negó, como si de un efímero albor
se tratase, que la causa de cercana muerte,
fuera el terrible lamento de grave labor
que consistiese en extraer su idea permanente
de antojársele traer su camino a la razón
que ella misma creo en su mente
toda su esperanza se limitó
a imaginar sin forma aparente
una realidad que de satisfacciones llenó.

Sin embargo, dolor le trajo únicamente,
ahora, su perfecta muerte logró
con su afilado puñal, ligeramente
todo su cisma al instante ultrajó,
de una nueva vida es sobresaliente
la renovada esperanza que el alma aguardó.

viernes, 27 de marzo de 2009

Inexperiencia I

Tan radicalmente extraños son
aquellos a los cuales creí conocer.
Esperaba, impaciente, por ellos
sus palabras cambiarían por siempre.
Y, alguna vez, llegaría el éxtasis
de todo lo acontecido.

Algún dia, quizá, supiera cual
era aquella tan remota razón
por la que absolutamente
cualquier mínimo detalle usurpase
mi infinita melancolía.

Lloro y grito en silencio
en medio de mi profunda agonía
mas nadie ya puede excavar
en medio de mi océano de mentiras.

Y sin embargo me alegra
encontrarme en este pleno
estado de quietud, de silencio
puedo hacer cuanto quiero
sin más remedio
que lamentar y gritar
por esta circunstancia, por mi pesar.



domingo, 22 de marzo de 2009

Cavilando...

Como un trozo de comida que aún no ha acabado de ser digerido, que comienza a descender y se hace un nudo en la garganta, empieza a asfixiarte, muy lentamente. Así es como la verdad hace mella en todo mi cuerpo. Recuerdo mi sueño, anoche soñé de nuevo contigo, adoro soñar contigo, quiero hacer mi mundo contigo. Me gustaría que soñásemes juntos y creásemos un mundo nuevo, alejados de todo cuanto pueda atormentarnos, de los miedos, de la desconfianza, de los malos comentarios, de los años. Adoro dormir y soñar, y ambas cosas suceden con muy poca frecuencia a la misma vez. Soy una perezosa, pero me encanta, amo, ¡adoro! soñar. Adoro los sueños, en ellos todo, absolutamente todo, se hace realidad.

Cuando la mentira se transforma en reaidad en mi mente, en mi cabeza, alcanzo mi éxtasis. No puedo evitar sonreír al creer que hay cosas, pequeñas metas, sueños, que sí pueden llegar a cumplirse. Pero los grandes no. Las grandes metas que aún no me he propuesto ni tengo intención de proponérmelas no verán su llegada. No se realizarán dichas metas, porque no existirán. Me cansé de soñar y de tener esperanzas. Y como sé que no se cumplirán, me limitaré a soñar que absolutamente se cumplirán todos -¡todos!- en mi querida cabecita. Eso llega a ser realmente hermoso.

Los sueños, sueños son. Y lo hermoso, siempre es hermoso. Puedes distorsionar. Sí. Pero si tu percepción tiende a verlo hermoso, lo será; y mientras que esa percepción no cambie, sucederá de tal forma siempre. Por tanto, dispuesta completamente a soñar estoy.

jueves, 5 de marzo de 2009

Don't


Tanta observación
tanto arrepentimiento
me genera una intensa confusión
entre la verdadera realidad
y la realidad de lo que pienso.

Creo que, autosuficiente
puedo andar y caminar
profundos lugares, apartados
de todo mal sentimiento,
mas sólo es un reflejo
de lo que tal vez quiero
y amaría de esta manera creerlo.

Aunque temiendo como yo temo
no sucede de tal forma,
pueden ser vistas por todas
sus esquinas las cosas,
sin más quehaceres
que continuar dando paso
a nuevos sucesos.

Veo sucesos, analizo acciones
determino comportamientos
desconozco lo siguiente
a lo que ya no sé,
sin embargo todo quiero.

Enamorada me hallo
de lo que anhelo,
podrían obstáculos
impedir que sentimientos
-falsos todos ellos-
se borrarán de la memoria.

Mas en la mente se recuerdan
siempre que rebusques lo suficiente
los más lamentables acontecimientos,
estos te alejan de la satisfacción
de haber acabado un día cualquiera.

Aparecen inexorablemente
ante tus ojos, en una pantalla
repleta de luces de colores,
en abismales gritos de palabras
la información que no esperabas.

¿Cuántos muertos se han llevado
las consecuencias de un legalizado
sistema imponderable de barreras
entre la irritable humanidad
y el poder agresivo del dinero ?

(: Continuará...

viernes, 20 de febrero de 2009

Una luz que no hallo en ningún recoveco de mi imaginación, en ningún suspiro del aire, en ningún llanto ajeno, en ninguna triste mirada, en ninguna palabra.
Palabras de ayuda, palabras de arrepentimiento, palabras de cariño, palabras de halagos, palabras de nada es lo que hallo.
Encuentro, por todos lados, vacío, siento que nadie vendrá a mí y me dirá cualquier palabra que me llené, siento que nadie me amará si ni siquiera me amo a mí, siento que ninguna amistad se me acercará, siento que este profundo vacío se apoderará de mí, de todo lo que me queda, lo mínimo y remoto que aún me queda.
Si quizás, pudiese modificarlo de una u otra forma, me gustaría saberlo, qué debo hacer para cambiar las cosas, qué hacer para dar marcha atrás y recuperar lo que tenía, que era nada, pero nada ilusionada, animada por la vida, ahora inerte, es como pretendo cambiar algo.
El tiempo se ríe de mí, y yo me río de él, se da cuenta de cuánto ha pasado y sigue pasando, y sigo del mismo modo sin cambiarlo, pasará y pasará pero no ganará la batalla.

jueves, 12 de febrero de 2009

Que qué me pasaba que no sabia el por qué de qué

No sé continuar sin ti, te veo y me arrepiento, es tanto mi lamento por no poderte hablar como antes, por no poderte ver, quiero hacerlo y a la vez no quiero. No puedo. Sé que me revolvería loca si volviera a verte cada día, y no pretendo que se acrecente más algo ficticio, necesito algo que amar, y no lo encuentro. Soledad es lo que siento, veo tristeza en cada poro de todo lo que me rodea, mentes tan vacías y cuerpos tan vivos, y, sin embargo, no cambio nada. Vuelvo a cometer los mismos errores, y no consigo cambiar, nada cambia a mi alrededor, es más, tod a mi paso empeora, me decepciono.

No sé lo que echo de menos, creo que es hablar contigo, observar tus movimientos, no lo sé. Quizás no eres tú, pero lo que más deseo es verte, ni te imaginas cuánto. Quiero renovar mis esperanzas hacia algo, alguien, cualquier efímera cosa, modo, costumbre, no sé, no sé y vuelvo a no saber qué hacer, sigo perdida.