domingo, 25 de octubre de 2009

Again

Movimientos mecánicos, delirantes, extendidos por incoherencias. Absurdos persecutorios, una mano incandescente manejando los hilos del armatoste. Deprimente. Armonía de acordes en una guitarra y esa voz apenas audible, acojonada detrás de ella y temblando. Inquietud y miedo, con una exacerbación en demasía perceptible. Chasquido de uñas cortadas con incisivos. Gritos. Terremotos cutáneos entremezclados con lágrimas. Aquellas eternas lágrimas de sucesos sin catalogación previsible. Agua corriendo desnuda por los pasillos, sin rozamiento que la frene. Pánico, de nuevo, unido a una amalgama de disparidades. Y comienza, otra vez, el cíclico y brutal desasosiego.

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