viernes, 28 de octubre de 2011

Con

¿Saben? La soledad tiene el mismo efecto que un pegamento, se adhiere a tu piel sútilmente, sin que apenas lo percibas, y cuando quieres retractarte no puedes soltar esa capa subyacente a ti mismo. Está claro que no todos podrían entenderlo, los seres humanos tan fáciles-sociables serían los primeros en alarmarse, en abrir abismalmente los ojos y quedarse con la mirada perpleja, sin saber muy bien cómo moverse. Pero para los novatos, que seremos en el futuro veteranos, esto no es más que otro preludio a lo que acontecerá. Y es díficil, esta mañana como tantas otras he procurado huir un poco, a ver cómo me sentaba cierto aire diferente, un aire común, eso es. Mutuas bocanadas de oxígeno se sucedieron, lo malo de ello es que nos arrebatábamos los unos a los otros más de la cuenta, y terminé dejándome caer en las entrañas de mis instintos de ladrona, esclava de lo que no me pertenece les fui robando discretas dosis de oxígeno. Apenas se percataron, y lo agradecí, desde luego, quién sabe cuánto. Mi corazón latía -y sigue latiendo- más deprisa que hacía unas semanas, en el fondo lo necesitaba más yo, ¿o ellos? No obstante ellos no la conocían ni su efecto pegajoso, y tal vez nunca la conocerían como lo hice yo, desde un principio encajaron, establecidos en la temporalidad, empero yo jamás pude, siempre deambulé entre las náuseas de la atemporalidad, del pasado inmediato, del futuro inconexo. ¿De qué me servía pensar en cómo eran ellos o cómo seguirían siendo? Quizá en algún punto, en algún intervalo, quizá en mi Da Capo diario dilucidaría cuál era mi verdadero camino... Hasta entonces me suspendería entre sus sonrisas..

jueves, 27 de octubre de 2011

Estoy triste. Mucho. Ya no sé escribir. No sé, no sé.

..

Señaló hacia el punto incandescente que sobresalía de las alturas e inmediatamente se desmayó. ¿Cómo podía ser aquel ser? ¿Cómo pudo haber llegado hasta ahí? Hacía apenas unos segundos aquel estuvo hablándole frente a frente, dirigiéndole las que creía que serían sus últimas palabras, pues sabría que su hilo de voz estaba cercano a apagarse definitivamente. Sin embargo, mintió, la primera vez que lo hacía desde que lo había conocido, y mientras él divagaba sobre cómo lo logró, aquel estaba contemplándole desde las alturas, brillando penetrantemente hacia su iris, incluso con amagos de saludo, realzando su alegría. Ahí fue cuando él aprendió la lección y cayó al suelo.

Extracto de libro

"Mientras Robert estaba pensando en todo eso, alguien y pasó por encima de sus pies estirados. Abrió brevemente los ojos y vio a un hombre delgado, con sombrero y gabán que se disponía a sentarse a su lado. El desconocido se quitó el sombrero, se despojó del abrigo y se sentó. Sacó un libro en rústica y Roberts vio que era 'Drácula', de Bram Stoker. No pudo dejar de hacer una mueca.
El recién llegado vio su expresión y se encogió de hombros, casi a modo de disculpa.
-Un poco de fantasía no hace daño- dijo, con voz aflautada.
-No-asintió Roberts, antes de cerrar de nuevo los ojos-.
La fantasía no hace daño a nadie.
Y añadió para sí: <¡Pero la realidad es muy distinta!>.
"
[Crónicas necrománticas: "¡Vampiros!" -- Briam Lumley]

Conversación trascendental

-Qué tal las clases.
-Pues bien, con muchos trabajos.
-Normal.
-Terminas asqueado, la verdad.
- Suele pasar. Ese es el ritmo Bolonia.
- Ya. En el fondo está bien, porque aprendes. Aunque depende mucho de la orientación que le dé el profesor.
- No sé. Estar todo el día como locos no te deja pensar, no te deja tiempo para lecturas alternativas.
- Ya... De todas maneras el estudiante general no hace lecturas alternativas.
- Y qué.

martes, 25 de octubre de 2011

El pequeño se deshizo de la bola en la que se había convertido y se fue despedazando a medida que caminaba. Empezó a recordar. <¡Eso es!> Sus pupilas se dilataron, lanzándose a oscuras a la persecución de la abominable masa. Sabía, sabía que algún día llegaría...

sábado, 22 de octubre de 2011

Me he dado cuenta de que cada vez escribo peor.
Dosis de literatura, come on!
http://cajonabsurdo.blogspot.com/2011/10/2110.html
No escribe ya poemas el alma 
que ve
al intelectual
en la nube de 
la irrealidad...

viernes, 21 de octubre de 2011

Pero qué, qué asco que me da, Dios, qué repugnancia, qué pavorosas náuseas me da saber que eres como los demás... Y más asco me da mi memoria, más asco me da.. que aún no se haya extinguido, que si estaca, decapitación,  fuego... Sólo a momentos la noche y su magnetismo me arrastran al vórtice vomitivo...
Hoy podía decirle que esta vez volvería, se derramaría sobre el suelo y esperaría a que el otro actuase. Maravilloso, maravilloso. Los veo cómo las ven y cómo me ven, ellos y yo nos sentamos, con las mismas expectativas. Sin más, somos actores del mismo teatro, repetimos a medias las palabras que dijo el otro sin comprenderlas mucho, ni poco, sin que siquiera ese amago merezca realmente la pena. Me siento cómoda con ganas fragmentadas de vacío y miradas que llevan al abismo, otra espiral y otra. Lo miras y lo ves con ellos, entre ellos, dentro de, fuera de, y todo esto de vez en cuando, pero sólo por buscar algo. -Aunque no es eso lo que tu desasosiego necesita para desvanecerse-. Y entonces es cuando vuelves al libro y a la gente sentada, alguien te mira gracias al reflejo del cristal, así como tú puedes ver al otro a través del reflejo de tus propias gafas, rayos y ondas y luz, elementos insignificantes para la mayoría. Recuerdas las letras, un nuevo ciclo de pensamientos te acomete, dicen que en la literatura española todo tiende a ser círculo, dando vueltas todo el tiempo con la misma idea, mientras que la inglesa tiene una estructura más jerárquica, más piramidal, de las ideas generales a las más específicas. ¿Eso me hacía diferente de algún modo? ¿Acaso no hacía yo eso, con mi cabeza, todo el tiempo? Vaya, alguna pieza más que lograba encajarse,  los puzzles son inexpugnablemente apasionantes, hipnóticos. Y yo, allí, sentada, sin uno entre manos... si tan sólo... Cambia el ángulo de su mirada el sujeto A, está bien, copiaré el gesto. Techo, luces. Ningún punto de referencia que me haga desviarme de esa... V que se forma.
V de vidrio, vendetta, vo-cal, vino, voz, verdad, vacío, V de V., V. que me enseñó tantas cosas hace tantos años, y que de vez en cuando me incita a arraigar las raíces hacia la exasperación pasional. Debería V. sentirse orgulloso de que me acuerde de él, alguna que otra vez, aunque V. sea un desconocido, todos pensarían lo mismo si les dijese lo mismo, pero qué más da. Fue una V. fantasma, literatura, música, y hay otras V. y yo que no lo sabía, posteriormente vinieron y se fueron, y ahora viene otra que también se irá. Prefería las J., siempre creí en ellas, como cosas inmateriales, insustanciales, claro está, pero ...drenantes, casi puras, inocentes, casi frías, sin embargo sinceras, sinceras... V. me enseñó a decir adiós a pedantería, a re-tener miedo a los ojos fijos, tantas cosas.  Y ahora, si todo va bien, tendrá su gracia lo que suceda.
¿De verdad crees lo que acabas de decir? No demasiado, sin embargo... él ha vuelto a girar la cabeza, y la finalización de su ángulo me apunta directamente....

jueves, 20 de octubre de 2011

20

Yo tampoco lo entiendo.
Pero,
quisiera ser
un poco como tú.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Estoy menos muerta de lo que jamás he estado,
pero no por ello,
viva.

lunes, 17 de octubre de 2011

Como vuelvas te juro que no, que no...  no.. sabré qué decir.

sábado, 15 de octubre de 2011

Lo perdiste así como el sol a la luna con el atardecer, así como cuando crees que has dicho una palabra y sin embargo no ha huido de tus labios.
Qué fácil sería
ser un poco como
todos.

martes, 11 de octubre de 2011

Una vez le dije a alguien:
A medida que te socializas
te desliteraturalizas.

domingo, 9 de octubre de 2011

- Pasen, pasen, y disfruten del espectáculo... ¡Acaba de comenzar!

miércoles, 5 de octubre de 2011

Bitecito no publica nada, de seis días a hoy.

domingo, 2 de octubre de 2011

Foggy

Hoy sellaste con tus dedos la última palabra. Los vi, cerca, despacio, sobre tus labios, haciendo un amago de ausencia. Cesó justo en aquel instante la lluvia que se veía tras la ventana, ahora ya no tenía ningún otro sitio donde mirar. ¿Y si cerraba los ojos? Tal vez esto fuese una pesadilla y despertase de aquel modo. La oscuridad vino a mí, así como un insospechado viento, el sosiego infinito, algo estaba contemplándome desde iris extranjeros. Creo que eras tú, mas mis ojos no alcanzaban la luz como para escrutarlos, esta vez relajaría los músculos y, a tientas, sería yo quien volase a la ventana abierta, persiguiendo la lluvia.