lunes, 28 de mayo de 2012

Días perdidos que se enredan en los que no fueron míos
Tan cerca de la calma de abismos
Apartada de algún cielo próximo
Temblando ante la potencialidad del ruido
Ante la reiteración de los sonidos
Ante una mente que no se aleja de sus pensamientos cíclicos

sábado, 26 de mayo de 2012

Y las lenguas que hablan y persiguen a las figuras sin cabeza se suspenden en el techo, colgando de él y escrutándolos con devoción. El recuerdo que salió expulsado a la atmósfera en átomos de gas está junto a las lenguas, atacándolas y devorándolas con una rapidez estrepitosa. Caminan y cabalgan los cuerpos sin cabeza, se mueven con sus brazos, hablan con sus piernas. Lloran con su alma por la saliva que no deja de depositarse en sus cuellos.
Lo complejo se alza como lo inalcanzable y seguro. ¿Comprenderlo o no hacerlo? Quién podrá decir que lo he entendido, si sólo entenderán que he entendido lo que ellos entendieron.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Cuánta violencia puede contener una canción.  Qué ma-ra-vi-lla. [¡!]
Hasta que esto roce la hecatombe no dejarán de sucederse las ausencias. Si puede decirse o escribirse algo, ¿por qué no, pues? Apelar a la honestidad es atentar contra el aclamado respeto al prójimo. ¿Respeto? Palabra controvertida. Si yo no respeto tus ideas... ¿acaso no te respeto a ti?  Desde mi punto de vista es claro que los conceptos que puedan imperar en nuestro interior son sólo eso: conceptos. No nos pertenecen. Tan sólo los descubrimos, los aprendimos en un pasado y decidimos hacer nuestras las sentencias que proclamaban. Oh,  entonces... ¿por qué te ofende tanto que critique lo que una vez no fue tuyo si ni siquiera lo es ni lo será? A veces creo -y cada vez con mayor seguridad- que leer sólo ensucia los pensamientos más lúcidos que podamos tener, aferrándonos a tal o cual escritor o escrito. ¿Y para qué si esas palabras no las sentimos tal y como las sintieron quienes las escribieron?

domingo, 20 de mayo de 2012

La tristeza no se calma con tristeza, así como mis lágrimas no podrán identificarse con las tuyas ni provocarán que éstas cesen, sino que se prolonguen todavía más. Aunque... ¿cómo no derivar en esa fútil rueda? Qué bien se nos da eludir a veces, viene dentro, sólo hay que buscarlo, sólo dentro, dentro de mí. No he visto ni escuchado nada, entonces no hay rememoración. La memoria muere, el silencio se expande. 

Pero dime...  ¿de dónde proceden estas lágrimas que brillan en mi sonrisa?

sábado, 19 de mayo de 2012

Cómo se descompone el ruido en el silencio.

martes, 15 de mayo de 2012

Comunión

Nos unimos a la multitud y decidimos sentarnos en uno de los últimos bancos del pequeño y asfixiante lugar. Pareciera que todos estábamos reunidos, pero los predicadores comenzaron a dar órdenes. Niños, salid de uno en uno. Y uno por uno los devoré a todos con mis ojos, pero ninguno me devolvió la mirada, todos estaban absolutamente absortos en sí mismos. Maravillosa niñez. Salieron y caminaron en fila, para ello bien les habían domesticado. Luego vino el gran predicador, el emperador del lugar, tan sólo él sabía las palabras que debíamos decir, las que eran válidas para el terreno que su Dios y él imperaban. Qué divertido, qué obstinación. ¡Cómo he amado la absurdidad! Es tan curiosa que no pude hacer otra cosa que echarme a reír. Y a medida que el predicador verbalizaba más incongruencias el eco de mi risa acallaba a los que cuchicheaban sobre lo horrible que era el vestido de la vecina, llegando a un punto de no retorno en el cual mi risa se desvinculó de mi cuerpo para reinar toda aquella atmósfera pastosa. Entonces el predicador calló y clavó los ojos en mi mirada, desconcertado y aterrado a la vez, no sabiendo muy bien cómo echarme del lugar sin ofender a las tiernas y amorosas palabras que acababa de decir. Creyó que con un 'frente a frente' bastaría, pero él desconocía la verdadera naturaleza de mi risa. Ella sola se fue de mí, así que prolongué la mirada con el predicador hasta que se cansó, posponiendo la celebración para cuando el estridente sonido de aquella risa trémula parase. Todos me miraban, mi boca se movía pero la risa no estaba en mis labios. Hablé y dije que no era mía. Volvieron a cuchichear y todos terminaron marchándose uno a uno mientras el eco atentaba contra sus tímpanos desde la distancia.

sábado, 12 de mayo de 2012

Una carta poco estridente

Oh, querida luz. Te escribo desde el anhelo. Mi cuerpo sólo resiste su existencia desde las sombras, puesto que únicamente desde la oscuridad puedo contemplarte. Te añoro incluso estando contigo, te evoco incluso cuando estoy en tus pupilas.
Quisiera derretir cada poro de mi piel en ti y sin embargo, es también mi mayor temor hacerlo. Cuánto adoraría que me hablases y me dijeses lo que opinas de las sombras y de los agujeros negros que tanto te seducen. Y que me respirases en los oídos suavemente y con dulzura, como sólo tú podrías hacerlo.

¡Devora el peso que engulle mi masa!
¡Ciégame de éxtasis mientras callas!

Qué dice la noche.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Profundidad

Se hallaban enterrados infinitos tesoros... A cada tesoro le correspondía un navío, a cada navío un alma. Lástima que nadie podría nadar hacia un lugar tan extraviado del mundo y de la tierra para desenterrar alguno de ellos. Quizá en ese terreno de silencio y oscuridad hubiese alguna clase de luz que emergiera a la superficie a veces, en destellos de recuerdos. ¿Cuál era la capacidad de la memoria para afrontar esa luz? ¿Cómo podría salvar los tesoros esquivando la terrible oscuridad que los rodeaba?

martes, 8 de mayo de 2012

Y cómo..

Te dibujo y te escribo
te vivo
en el colapso del sin-sentido.
¡Y cómo te sueño!
Oleadas que atacan a las rocas del delirio
Imágenes que no cesan en su destino
Nitidez absoluta de silencio.
Con cuánta soltura hablan de lo que ni ellos mismos entienden. 

miércoles, 2 de mayo de 2012

El estanque


Las leyes salvajes 
empañan mi huida, 
el estanque no para de crecer. 
Tanto sube el nivel, 
el mar se derrama ahogándome, 
ahogándome. 
Sólo hay arena. 

Sólo en este momento, 
el malentendido, 
el estanque, el estanque, 
tanto sube el nivel, 
el mar 
se derrama ahogándome, 
ahogándome. 
Sólo hay arena.


[Canción El estanque, Héroes del silencio]

martes, 1 de mayo de 2012

Hacia lo

Cuánta pasión desperdiciada por lo grotesco. Podría pintar cuadros de vómitos con un cromatismo envidiable. ¡Y con trazos de sangre! Es increíble cómo voy adquiriendo una adoración irracional hacia la fealdad más absoluta, hacia la anti-belleza artificial. Además podrían añadírsele larvas y animales disecados abusando del pincel y de las manos, manchando todo el suelo con los desperdicios y también el rostro. 

¡Qué maravilla!