jueves, 24 de febrero de 2011

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A nadie le importará, replicaban. La tinta que había quedado, los restos... dibujarían la última historia y la primera en morir. Las cosas giraban, cambiaban abruptamente de sentido. Las sombras se diluían con el acre y duro paso. Las puntas estaban afiladas, preparadas para la Gran Llamada. Las espinas hoy serían clavadas suavemente bajo la piel mientras caerían las incipientes gotas de sangre que con el juego de la gravedad y el movimiento corporal podrían formar unas letras, luego unas palabras. La sentencia, la última y definitiva realidad. ¿Cuándo fue el hoy? ¿Cuándo el mañana? Todos se arrojaron delante de la mente y se entremezclaron. Estaba en el pasado, caminaba delante de los ojos, veía los exactos e infinitos caminos de antaño. ¿Diferencias? Ninguna. Radicalmente el impacto de la exactitud de encontrarse en el mismo lugar, a la misma hora, en la dimensión certera, le hacían diluirse aun más en sus adentros. Otra lúgubre introspección. Y... ¡vaya!... la precisa mirada, la espera. El banal sinsentido estaba sacudiendo el polvo a la roída emoción: las cosas serían más digestibles así, imaginando el impenetrable sentimiento de pureza y el cariz cegador de su aura. Era sencillo confiar en la inexistencia. En el recorrido las yemas de los dedos rozaban la maleza a la vez que atisbaban el recién nacido rojo, el mismo que cegaba sus ojos sin que todavía se hubiese percatado de ello. Seguía a la voz, ni la compasión ni la cobardía fueron útiles. Es hora de no decir adiós.

domingo, 20 de febrero de 2011

First day..

Soñé, soñamos, fluimos
entre las murallas desorbitadas
con el vaho nocturno
y entre cortinas se desvanecerán
apagadas
las ocurrencias de mi absurdo.
Mi saliva queda
inutilizada,
la hecatombe cavila,
suave susurro del mudo,
mis gotas ateridas.
Y puede rezongar el tumulto
silencio diurno
en la opaca pasión perdida.
El repiqueteo oculto
de las manos temblorosas que gritan..
permanezca el hálito y murmullo,
inerte cual irisado esqueleto de día,
resonando como un eco sobre mi cuerpo
perpetuo.

First day.


(Omitido.)
Tú, tu prorrumpido vertido,
líquido pastosos que en mis dedos pese
y sé que me dirás, acólito y famélico,
con el nácar boquiabierto sobre las paredes
que la humedad del absurdo no tiene sentido.
Entonces tu fluorescente cabello
reposará en la pradera de lirios,
melancólicos y perdidos,
depositándose el excedido viento
y su aroma enmarañado arrancándole al zumbido
de la lengua y de la miel
un beso.
(Omitido.)

Can you stop?

Aúlla el lobo, el hombre,
el silencio y la ausencia.
Estás lejos, vive la realidad, 
afronta el peso de la hecatombe
sobre tus hombros, sobre...
¡Él!
(Omitido)
¿Quién llamó a la obsesión?
Las ventanas estaban semiabiertas
y sin gloria ni letras se coló por ellas...
Sombra de sombras, enigmas e incógnitas..
que no.. no serán resueltas..
¿Qué sentido tiene perder y ganar?
Dame una razón para amar
los vestigios del mar de luminosidad..
¡a la inversa!
¡Todo! ¡Todo! ¡Todo!
PARA YA.
¡PARA, PARA!

martes, 15 de febrero de 2011

Blank shore

Sientes que vas a vomitar todo lo que llevabas dentro, en cualquier momento, mientras realizas movimientos espasmódicos y absurdos con los brazos revolviendo entre todos los artefactos inútiles que te rodean. Casi puedes alcanzarlo, cogerlo, pero no. Abruptamente no, tu corazón se para, tus ojos se paran, se petrifican los párpados, ves una señal y una luz ardiendo frente a ti, no sabes qué hacer ya. El agujero estaba más cerca de lo que pensabas, puedes tirarlo todo, nadie lo recogerá, vamos, déjalo ir de una vez. Cae. Venga. ¿Las sombras te perseguirán incluso cuando caes? Quizá te diste cuenta de que esta noche estuvieron contigo mientras caminabas, habían cuatro, una enfrente, dos girando noventa grados, y otra última tras tu espalda... ¿cuántas sombras llevamos?
Cómo es posible que se expanda el odio irracional... cómo puedes depositarte sobre las uñas impertérritas y sucias, inconmensurables dudas abarcan los llameantes y caídos dedos.. se mueven, se disecan mientras escuchas el temblor del tiempo, puedes.. acabar de una vez, y por favor, cierra la puerta cuando te vayas. Es hora de que calles, no queremos escucharte, no queremos escuchar esa charla sin sentido hablando de otra realidad... has desperdiciado los minutos absorto en conglomerados de letras volando por el aire... ¿Puedes recogerlas todas? No sirves para nada, para nada. Te has quedado enmohecido, creciendo por todas partes el polvo y evadiéndose en la atmósfera pastosa, has pasado a formar parte de él, no eres nada. ¿Qué sentido tiene ya tu existencia? 
Ellos te lo dicen... has de morir... debes morir... dejar de subir la escalera de aire... pero algo te lo niega.. algo te dice que no puede desencadenarse el cielo en llamas... hasta que tú estés en sus alturas... hasta que hayas abandonado el encierro de la tercera dimensión... Borra todo lo que has aprendido y toma -¡por favor!- la tiza, ya los has hecho, querida pizarra en blanco. 

Primero empezaremos con los preceptos básicos...

lunes, 14 de febrero de 2011

bbbbbbbbbbbbb

Volátil es el murmullo
que surge de los pétalos
en constantes trazos
bajo la sombra del muro...
Escuchas el reflejo y el tumulto,
observas la letanía horizontal
ves un rostro en el transcurso
de tus párpados al mortal.
Vívido movimiento, fútil vanidad,
oscuridad e iluminación
gracias al brutal abismo,
pregúntame: ¿por qué?
No te podré responder,
¿por qué?

martes, 8 de febrero de 2011

Existencial existencia

Mortal, definitivo, intolerable. Aléjese del pensamiento, de los extraños gusanos que circulan por sus venas. Vamos, acabe de una vez. Retorcerse sin sentido sobre la ligereza de la superficie. No creer, creer. Introspeccionar como cometido tiene un fin, claro que lo tiene, qué no tiene una razón, sonreír tiene una causa y un efecto, desde luego. Todo vale para algo, la más límpida nada puede susurrar y puede desprenderse. Quebrantarse, aunque sí, hay un 'pero'. ¿Y quiénes nunca la vivieron?
Penetre en las otras mentes, cabezas ambulantes de un lado a otro. Si hubiera niebla serían cuerpos decapitados ("La leyenda del pianista en el océano") y serían tan ridículos, todos sus gestos y movimientos de manos y pasos a lo lejos estarían retumbando en el silencio, en el antaño, en el futuro. Y serían todos tan absurdos. ¿Se imagina usted sin vista ni oído ni gusto?
Mira, el peso fue un invento de los físicos que yo no pude creer.. no pude. Si esta mañana he crepitado en el aire, de repente me he visto volando y no sé en qué galaxia estaba, algún libro de ciencia ficción me lo dirá algún día, mientras tanto espera, flota. Oh. Vamos. ¿Flotar? ¿Por qué deliras?
¿Quién invento el reloj, el tiempo, el día, la noche? Si la luz y la oscuridad juegan con nosotros, nos engañan, entrelazamos las lúcidas ideas, pero ellos se escurren en su estrategia dominante. Saben perfectamente que ganaran sea cual sea nuestra oscilación, empero atisbaremos -lo haremos- el equilibro dominante en la inexorable decaída, en el abatimiento definitivo.
Qué sencillo todo esto, qué fácilmente retumba en tu mente, qué ridículo cuando sale al exterior. "Creí que sonaría mejor cuando se escapara de mí, cuando se transformara en otra vibrante partícula más de aire." Y a nadie le gusta escucharlo, ¿por qué cierran los oídos?. ¡Es posible! Ellos pueden hacerlo, no sé cómo, aun sigo en la incipiente investigación sin llegar a hipótesis.
Porque todo esto tiene un sentido, claro que lo tiene. ¡Todo lo tiene! ¡Todo! Y... durante el transcurso de los gotas, durante su repiqueteo... te percatas de que nunca nada lo tuvo.

viernes, 4 de febrero de 2011

Cerca-lejos

El reflejo de la luz me está persiguiendo, lo noto en la letanía y en mis propias retinas. Cuando comencé con todo esto creí ver que derivaría en el delirio, pero no pensé que hasta tal grado donde la irracionalidad roza cada uno de mis actos. Llevo caminando unas cuantas horas, deambulando, más bien. Pretendiendo sacar algo en claro y lo único que vislumbro con lucidez no es una imagen sino mis pies y manos congelados. Él es como mis pies, no me permite dormir, los tengo que abrigar en los entresijos de mi fuero interno para dilucidar un pedazo más de locura. En medio de esta espiral, de vorágines, no puedo contemplar la respiración de las hojas... Yo... solía hacerlo, perderme en sus pequeñas ramas, un árbol dentro de una hoja, miles de árboles dentro de ellos mismos; solía verlos, ver el bosque y su opaca claridad. ¿Ahora? ¿Qué queda de mí? 
Me he perdido en la dimensión de mis elucubraciones sin prestarle atención a los pequeños bichos que aplasto mientras camino... Si no lo hago yo... ¿quién se apiadará de ellos? Decían o al menos yo solía escuchar que el mundo estaba loco, nunca pude confiar en él y su magnificencia, dejando todo esto aparte, contribuía a dicha afirmación, aunque ahora mismo ignoraba su existencia. Los fluidos mentales me están corrompiendo, no veo la realidad, estoy viajando, descendiendo la escalera al futuro y al pasado. 
¡Qué es el tiempo! Vilmente hemos sido engañados por él, el insolente.
En la escalera hay rostros rogando clemencia, llamándome, no puedo atenderlos a todos... Me diluyo con el fondo claroscuro y volátil del aire y sus susurros musicales; en las voces, en sus agudos y sus graves, te escucho.  ¿Alguna vez te has preguntado si los demás también lo hacen? 
Acabo de decidir seguir por esta asíntota, aun no sé a dónde me llevará, o si algún día alcanzará lo que siempre tuvo tan nítidamente cerca.