miércoles, 24 de junio de 2009

Re

Se acercó a ese brillo mágico y sus manos se dispusieron a recorrer sus recovecos. Las yemas de sus dedos tocaron levemente sus labios, y abruptamente se deshicieron entre ellas. No podía ser, vio la luz en la que ardían sus ojos y quiso tan sólo contemplarlos más de cerca, pero se borraron del rostro. Iba a tocar su pelo mas cuando llegó a él, este se descompuso, cayendo cada mechón a borbotones. Abruptamente hizo el amago de palpar sus pálidas mejillas, empero aquellas fueron a parar al vacío. Dispuesto a todo, con perspicaz rapidez fue a unir su cuerpo en un abrazo con "aquello". Desafortunadamente, se esfumó por completo. Solamente fue capaz de detectar con espeluznante admiración el intenso halo de luz que había quedado. "Aquello" se había resquebrajado para acabar siendo blanco. Cegador y perturbante, incapaz de vislumbrar algo ocluyó sus ojos con la fuerza que le era posible mantener en sus párpados. No lo consiguió. La incandescencia permanecía.

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