martes, 8 de septiembre de 2009

¿Qué sucede?

Se escurren las posibilidades tras cada nueva sorpresa que acabo desenmascarando, detrás de ellas no hay más que resquicios de otras anteriores sin aportar una nueva exigencia. Sacudo la cabeza cuando tengo que decidir si tomar una u otra desviación y distingo en el medio de ambas un color grisáceo oscuro, turbio, pero al mismo tiempo con cierto grado de un destello cegador. Me arriesgo a no escoger y andar parsimoniosamente por su grisáceo medio, sin saber a qué atenerme. La curiosidad corroe por mi sangre transcurridos ciertos momentos tardíos, sucede algo auténticamente inaudito: mi mente se ha transformado. Los pensamientos ya no me atacan y amenazan con destruirme, pareciera que jamás hubieran estado ahí. Discurren los sonidos de mis pasos mientras intento capturar una remota idea. No. No puede ser, mas ha sido demasiado imprevisible como para haberlo evitado. Vacío. Y esta vez es auténtico. Ni siquiera eso.

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