martes, 21 de abril de 2009

El anhelado placer

Dormir es el fin de mi muerte,
es la esperanza de mi agonía,
cuando detalles invaden mi mente
y la melancolía arrebata mi alegría.

Durmiendo mis horas dejan de ser martillos
que taladran y sacuden toda mi alma,
ella, desangrada, busca su camino
para regresar al punto donde amaba.

Mi amor se convierte en sueño
y mi odio se transforma en realidad
mas, ni uno ni otro, serán capaces de perdurar
en cada derramada lágrima.

Le gustaría al cuerpo llorar sin parar
y sabe que esa no será su realidad,
la suya no llegará cuando dispuesta esté
a ver más allá de su ser.

Y sea capaz de atravesar con la mirada
las otras, ya más que perdidas, y dejar
de mirarse, eternamente, a sí misma.
Borrar el egoísmo que no se esfumará,
que pudiese erradicar y reprimirá.

Sí, dormir es mi vida,
pues yo sólo vivo de sueños,
ni siquiera una razón mía
podría modificar todo lo bello
que tienen mis sueños.

Y es, mi último deseo,
dormir,
para siempre dormir.

1 comentario:

  1. No te olvides, que los sueños, sueños son. No vivas durmiendo.En vez de soñarlos, realiza tus sueños. Para todo hay tiempo, tendras tiempo de dormir cuando sea la hora de dormir.

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