domingo, 21 de agosto de 2011

- ¿Te has dado cuenta?
- ¿Eh? ¿De qué?
- Me has hecho caso por esta vez.
- Ah, sí. Aunque retornas al error, es algo que jamás he dejado. Siempre he rozado la irrisibilidad de la obediencia hacia ti.
- Bueno, debería medio o-di-ar-me por ello. Pienso que cada uno debe odiarse aunque sea un poquito, en el fondo te purifica.
- Ya, claro. Eso que tus actos corroboran día tras día tan arduamente, ¿no?
- No seas así, sabes que...
- ¿que lo has cambiado?
- Exactamente eso no, al menos intentado...
- ¡Por supuesto!

No hay comentarios:

Publicar un comentario