lunes, 5 de diciembre de 2011

Vacía...
Vacía me siento aunque escuche a Scriabin, a Rachmaninoff, o a Chopin. Inclusive cuando escucho a mis dedos tocando una melodía en el piano, creando aire constantemente sobre la atmósfera pastosa de lo cotidiano. No exististe, monotonía. No hubo camino para ti. Vacía cuando los escucho hablar, día a día. Vacía cuando el egoísmo es la religión que impera en nuestro planeta, sea por una vía u otra.
Estamos contaminados y bajo el más puro realismo... nuestro fin será una dulce espiral de asfixia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario