miércoles, 18 de agosto de 2010

Techo

Miro el techo. Hola. Me muerdo el labio insconcientemente sin que apenas te hayas percatado, me llama el miedo. Cómo van las cosas. Una araña trepa por mi pierna izquierda, noto su cosquilleo, entreabro los ojos y la veo. Es muy bonita, qué pena matarla, no la mataré. Dejarla vivir es una buena opción, la cojo con la mano y la deposito en el suelo. A ver qué hace. Bien, van bien, ¿cómo quieres que vayan?, qué sueño que tengo, adiós. Decía una verdad resquebrajada, no iba a responder con un típico "no sé". Qué voy a hacerle. La araña se acerca a la puerta, pasa por debajo de ella, hasta luego. Mis párpados se empeñan en no despegarse de sí mismos y el sonido del teléfono vuelve a crepitar por el cuarto.

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