domingo, 29 de enero de 2012

Nightmares...

Durante eternidades sucumbimos al silencio de nuestras miradas, que decían mucho más que palabras. No podíamos tocar las ideas sin la compenetración visual que aquello requería, si al menos... hubiera sido menos complicado. Nos necesitábamos, no querías despertar de este sueño, yo no quería despertar de este sueño. Pero la realidad nos abatía tan dulce y lentamente que... derivábamos en una espiral de exhalaciones sin nombre, sin definiciones. ¿Era lo que queríamos? ¿Acaso se pueden desear seres inmateriales, tales como las palabras? No, no podía ser. Podíamos ser sin ser. Caminábamos siendo, bajo la conciencia de la ausencia. Soñaba soñar que soñaba, no que des-soñara, como retrocediendo a la incertidumbre y el desasosiego de las pesadillas. Oh, ¿qué podía hacer? ¿Lavar mi cerebro, mi mente? Bien, lo arrojaría a las aguas saladas de alguna playa, a mil metros de distancia de la costa, para no volver a notar su peso en mi cabeza y ser ligera, otra vez... Me quedaría vacía y tendría que rellenar mi mente con nuevas historias y cavilaciones. Sí, y la rueda giraría sin oxidaciones, con el mecanismo completamente renovado, con las piezas nuevas. Y... si.. quizá acabase por despertar.. sería, para siempre en mis sueños, a tu lado, sólo siendo o sin ser...

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