Tengo miedo. El miedo me devora. Las pesadillas también. Doy vueltas en la cama antes de acostarme, me inquieto. Melodramatizo, me preocupo. Y esto me hace recordar que el suicidio es la elección de la muerte, del cómo y cuándo. No sé por qué. Aborrezco esta fragilidad humana y esta fragilidad mental.. No queda mucho más que decir en cuanto a ello. Sólo me queda olvidar. Estallar como un volcán, quizá.
Morir lentamente, quizá...
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