lunes, 16 de abril de 2012

La pérdida de agua

¡Quisiera estallar de lágrimas! Llorar inmensamente hasta que el mundo se acabase. Y no soy capaz de hacerlo. Ojalá deseara pedirte perdón y con ello solucionar todo, pero no puedo. Aborrecería que pudieras perdonarme, porque ni yo misma puedo hacerlo. 
¡Odio tanto las palabras! Tienen el horrible potencial de convertirse en tragedias inevitables. ¡Odio tanto odiarme! Pero no puede suceder de otra manera en estos momentos.
Y por favor, ¡no quiero tus palabras que no comprenden el sufrimiento!, no sólo el propio, sino el ajeno. Todo es más complicado de lo que el lenguaje pueda explicar, todo es más aborrecible de lo que uno pueda imaginar.

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