domingo, 22 de abril de 2012

Sil

Nadábamos en medio de una tormenta de silencio, buscando algún barco que nos arrastrase a la costa de la música. Sabíamos que esta, como tantas otras, finalizaría tras el último rayo de fugacidad silenciosa, aquel que hacía que las olas y nuestros cuerpos se petrificasen durante banales milésimas de segundos, aquel que se intensificaba cada vez más con el transcurso de los milenios. 
¿Desembocaría, en alguna ocasión, en un estallido audible?

1 comentario:

  1. Bonito oxímoron. "tormenta de silencio"; es una ingeniosa definición.

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